martes, 1 de septiembre de 2009

Miedo a volar


No me voy a referir al miedo que se pueda sentir al notar que tus pies no tocan suelo y que te elevas por encima de las nubes. Más bien al miedo que se siente cuando tienes que facturar tu equipaje y embarcar. Esos momentos en los cuales no puedes comenter ningún error, lo tienes que tener todo en vigor, todos los documentos en regla. Que no se te olvide nada, porque lo puedes pagar muy caro. Porque tus derechos más básicos los pierdes al entrar en un aeropuerto. Y no sólo cuando tienes que cambiar de país, basta con coger un vuelo nacional para que te conviertas en un sospechoso de todo.
Notas un frio sudor cuando te enfrentas a las despiadadas señoritas de la zona de facturación, con su aire arrogante, por encima del bien y del mal, que te miran por encima del hombro sin conocerte, sin saber quien eres. Y esperan como animales carroñeros un error del cliente para avalanzarse sobre él y dejarle en tierra, dejarle sólo, aislado y sin poder ir a su casa. Así es, porque el personal de Iberia tiene por costumbre cobrar y no informar, sobre todo si el billete lo has sacado por internet, si es así, ya puedes armarte de valor porque puedes quedarte en tierra sin niguna explicación. Todos sabemos que es obligación de un buen ciudadano ir documentado, pero también es obligación de una empresa a la que se le paga informar de las soluciones que existen ante cualquier imprevisto. Pero no, es mejor dejar a la gente sola, que se busque la vida y que pague mucho más por lo que ya pagó.
Así que, si volais con Iberia...cuidado, nos os dejeis nada en un Taxi, en el autobús, en casa, que no tengais la desgracia que os roben, porque Iberia además de no ayudaros os pondrá la zancadilla para que caigais de bruces.
Gracias Iberia, gracias por haberme hecho comprender que para vosotros no somos nada, que sólo somos cuenta de resultados, una carga en el avión, un número en un billete, que para vosotros no somos personas.
Ojalá en alguna ocasión os pase lo que haceis pasar a vuestros clientes. Yo jamás volveré a volar con vosotros, me dais miedo.

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