viernes, 15 de marzo de 2024

Insociedad

¿sabe la gente que un día moriremos? No hay nada más cierto, pero todos los días vemos comportamientos de seres insulsos con aires de grandeza que piensan que van a ser eternos. Chulos de garrafón que intimidan a gritos cualquier razón, imbéciles que tienen un orgasmo saltándose las reglas aunque eso signifique hacer daño a otros. Estamos involucionando, vamos hacia atrás, degeneramos. La inteligencia esta infravalorada, la cultura amenazada. No puedo por menos pensar que todo está orquestado, desde algún lugar nos quieren tontos, sumisos, hipnotizados a una pantalla en la que no podamos elegir el contenido, bombardeados de ideas falseadas. Medios de comunicación manipuladores, dirigiendo la opinión hacia un retraso en las libertades, en la pertuación del status quo, en disfrazar la crueldad del capitalismo con una mascara de la felicidad que da el consumo. En colocar en los puestos de poder a aquellos políticos que son la voz de su amo, amo que no es otro que los bancos, grandes empresas....etc. Y la sociedad, grupo infecto de seres agilipoyados que solo piensan en ellos mismos. Incapaces de tener un gesto amable con el vecino, incapaces de luchar por hacer la vida más vivible a todos. Gente que solo quiere su propio bienestar, hacer la que les sale de los huevos hacer. No, ellos no piensan que su libertad acaba donde acaba la libertad de los demás, al contrario, si alguien reclama su libertad hay que negarsela, por eso hay que votar a la ultraderecha, para que solo puedan hacer lo que les de la gana los de la pulserita, los demás no. Porque pensar diferente es pensar, y pensar va en contra del ideario de la caverna. Es acojonante ver a personajes que no tienen ni puta idea de lo que es una dictadura pensar que es lo mejor, cuando dentro de esa forma de estado está vetado el pensar diferente. Agarrar la democracia para desvirtuarla y torcerla hacia nuestro propio beneficio. Porque yo soy capaz de pelear por las ideas de todos, aunque no las comparta, pero no puedo pelear por ideas que niegan la libertad a las personas por ser, pensar o querer distinto. Ya no es un mundo de locos, bendito locos, es un mundo de tontos agarrados a un simulacro de felicidad que enmascara su amargura. Cuñadismo, intolerancia, mala educación, arrogancia, chuleria y ser muy guarros. Ese parece el ideario de esta segunda década del siglo XXI. Pero sí, todos, ricos y pobres, feos y guapos, altos y bajos, flacos y gordos. Todos un día moriremos y dejar atrás un rastro de mierda es muy triste, es mejor dejar buenos recuerdos, una cara amable, una sonrisa. Pero sé que en un una sociedad corrupta de ombligismo exacerbado es pedir peras al olmo, fresco en agosto, lluvia en el desierto. Con todo, sigue habiendo gente que lucha por los demás, que da un paso adelante para curar el cáncer, el SIDA, alagar la vida. Sigue habiendo gente que se desvela para cuidarnos, para jugarse la vida apagando un fuego, dejandose el alma para acabar una cirugia que se complica o gente que símplemente te dedique una sonrisa y te devuelva la fe en este animal tan singular que es el ser humano.