viernes, 14 de diciembre de 2012

No hay navidad






 Sólo en la mente de un niño se puede ver la ilusión en estos días de malos augurios y cabreos constantes. De por sí la Navidad no es más que una época en la que los comercios quieren hacerse ricos a base de exprimir al ciudadano con lucecitas y engañifas, a la vez que explotan a sus trabajadores con horas extras que sólo cobran a base de días de fiesta que, para colmo, también elige la empresa cuando dar.

Y lo demás, como corderos, acudimos en masa atraidos por la música martilleante, por las luces como polillas en verano, saliendo con un montón de regalos al cual más innecesario y con un montón de comida que no podremos comer. 

Este año, además, contamos con el adorno majestuoso que, si eres funcionario, no tienes paga. Un esfuerzo que tenemos que hacer (que no queremos hacer) porque en su día un montón de sinvergüenzas vivieron por encima de sus posibilidades, otros dieron hipotecas a gente que tenía contratos de tres meses por un 120% del valor del bien hipotecado, porque se han contruido aeropuertos sin aviones, porque los que más tienen menos pagan, porque los que más defraudan menos ven peligrar sus bienes, porque los políticos no quieren ver disminuido su poder adquisitivo. En definitiva, porque el status quo de unos pocos tiene que mantenerse mediante el sacrificio de los que menos tenemos. 

Y con todo, a pesar del robo, aun tenemos que observar con verdadera angustia a gente que lo está pasando mucho peor. Parados a los que se les acusa de no encontrar empleo, trabajadores que no cobran,  ERES, despidos objetivos, explotación semejante al esclavismo.

Sin embargo, soy padre. Y no me voy a perder por nada en el mundo los ojos de mi hija al ver el parpadeo mágico de las luces, como mira embelesada los árboles de Navidad (incluso el hortera Papá Noel que escala en los balcones), como recorren sus ojos con admiración las figuras del Belén (con mula y buey por mucho que diga el Papa) y sobre todo no me quiero perder su cara en la mañana del 6 de enero, cuando vea en los pies de la cama un paquete para ella y como, con nerviosos movimientos, destroza el papel que el envuelve y nos mira con incredulidad, no explicándose aun como es posible que hayan venido los Reyes sin que ella los viera. Sólo por eso merece la pena el esfuerzo.

Gracias Gobierno antidemocrático, mentiroso, cobarde, despota y cruel por intentar acabar con la ilusión de la gente. Gracias por mandar a hacer puñetas nuestros derechos con la facilidad que se espanta una mosca de un pastel. Gracias por destruir hogares, mandar a gente a la pobreza, desmantelar el estado del bienestar, poner en evidente peligro nuestro futuro, nuestra vida, nuestra sociedad. No sólo es que gobernais mal, es que lo haceis a sabiendas. Ojalá los Reyes Magos os traigan el carbón más cruel y os tengais que dejar de reir de nosotros y os tengais que arrepentir una y mil veces de haber hecho daño a las personas. Ojalá se acabe la apatía y el adocenamiento colectivo y gritemos todos a una !!Basta Ya!!

Querídisimo Gobierno, que tengais unas espantosas navidades y un terrorifico 2013, porque eso será bueno para el resto de ciudadanos honrados.


lunes, 3 de septiembre de 2012

A Diós Rogando

Con la idea de Dios empezó la historia de la jerarquía. Un ser todopoderoso que es capaz de castigar o de premiar, esto último menos, según los dictados de su Ley. Y con esa idea culminó la gran mentira. No te preocupes que si eres infeliz en la tierra te espera una eternidad llena de felicidad el día que te mueras. La paradoja de la fe, el insulto a la inteligencia de esperar vida donde no existe la vida por definición, de sacar de la palabra muerte la esperanza en algo mejor. Es curioso que, los inventores de estos dictámenes, de estas ideas sin rumbo, siempre se hayan pegado la vida padre aquí en la tierra sin esperar recompensas del alma. No es tan burdo como en épocas pretéritas, pero los poderes fácticos de siempre, desde la sombra o moviendo los hilos que pueden , intentan pervertir el pensamiento libre de la gente. La iglesia nunca deja de intentar persuadir con métodos malévolos el pensamiento de las personas. Se inventan sentimientos equívocos, engañan desde su atalaya de riquezas, miran para otro lado o justifican sin reparos los crímenes cometidos, intentan acaban con cualquier brizna de alegría, tildan de pecado la vida sana y libre, mientras ellos con sus mentes sucias llenas de represión cometen tropelías dignas del diablo que ellos inventaron. Es indignante que en pleno siglo XXI, la mano negra del clero influya en la política de un país masacrado por la gestión abusiva de sus gobernantes. Aprovechando la tristeza que empieza a adquirir una sociedad ahogada por noticias de recortes y atornillamiento de sus economías domésticas, se empiezan a colar entre bastidores antiguas ideas ya superadas, se filtran tan bien que ya están en plena escena del acto I de la obra de teatro de este año 2012 que será largamente recordado por como se da una palmada en la espalda a los corruptos y se masacra al ciudadano honrado. No es de extrañar que se vaya a prohibir el aborto cuando el feto venga con malformaciones acogiéndose a la vieja idea de que hay que apechugar con lo que nos mande Dios. De esta forma cuando el niño o la niña nazca, el ciudadano tendrá que hacerse cargo de todos los problemas que ello conlleva, porque esta sociedad, tan podrida como arruinada, no se podrá hacer cargo de aquello que nos ha obligado a tener. Total, aquellos que no pueden tener hijos y que por definición hay que llamarles padres son capaces de llamar crimen a privar a un ser vivo de una vida que es todo menos vida. Sin embargo, y he aquí la paradoja, no escucho a ningún gerifalte de lo divino rasgarse las vestiduras porque se vaya a dejar a miles de inmigrantes sin papeles (como si para ser una persona fuera necesario tener papeles) sin asistencia sanitaria, tampoco los veo quejarse mucho porque se quite la ayuda a la dependencia, que se quite dinero a las asociaciones de ayuda a los discapacitados, que se niegue el pan y la sal a todo lo que sea solidario y no rentable. No, ahí no suelen decir nada…total ellos no pagan impuestos y están subvencionados, para que “meneallo”. Qué bonita doble moral de la Santa Madre Iglesia, siempre tan poco madre y tan madrastra. En fin, en pleno siglo XXI la vieja iglesia a través de su brazo derecho del Opus y con un gobierno de derechas se deja sentir de una manera tan poco sutil como evidente. Pero que se puede decir que una Iglesia que miró para otro lado cuando el holocausto Nazi y que masacró a un montón de personas sólo por decir la verdad. Que mató en nombre de Dios y que tiene el poder de acabar con el hambre del mundo y no le da la gana hacerlo. Que podría ceder parte de sus ingresos en ayuda a los más desfavorecidos y lo dedica a lavarles la cara a sus santos, en viajes papales y en darse la gran vida aquí en la Tierra mientras nos convencen de que sufrir es bueno. Manda narices.
El dibujo es de la página de la CNT.

jueves, 5 de julio de 2012

Oscuridad en la montaña.

Nunca se sabe como empezar para que las palabras sean contundentes. No se sabe como definir la situación extraordinariamente grave que se produce tras el paso atroz de las llamas. Podría recurrir a los tópicos de siempre. El bosque tardará décadas en repoblarse, nos estamos quedando sin oxígeno, nos estamos quedando sin paisajes. Sin embargo, quiero dejar en la humildad de esta entrada dos testimonios que me conmovieron. El primero de ellos, el de un vecino afectado por el incendio de Cortes de Pallàs, que con un rictus amargo y con la triste voz del dolor, se dirigía a las cámaras para decir que su casa con toda seguridad se había quemado y con ella todas las cosas que habían comprado para su futuro bebé . La segunda, la de un abuelo que, con una tristeza infinita, pensaba en sus nietos cuando iban felices a casa del iaio y ahora sólo verían un paisaje negro por lo que no querrían ir. Aun está el incendio caliente, pero aun cuando el fuego se extinga definitivamente, siempre que recuerde esos dos relatos se me volverán a remover las tripas de tristeza y rabia, de empatía por el dolor ajeno, de angustia por no poder hacer nada por nuestra gente. Es curiosamente anómalo que seamos siempre los ciudadanos de a pié, la gente que no tenemos poder, los curritos, los quiero y no puedo, los Don nadie los que sintamos dolor por las cosas, los que sintamos desesperación e impotencia ante tanta desgracia y, paradójicamente todos aquellos con capacidad para decidir miren para otro lado y lancen balones fuera. Tengo una hija pequeña que no podrá ver la zona de Dos Aguas, Andilla, Alcublas, La cova Santa, Montroi, Altura, Cortes de Pallàs con su esplendor verde hasta que no sea adulta. Ojalá para entonces reine la cordura y se cuide el monte como se merece, ojalá para aquel entonces no tengamos convertida la tierra en un erial. Supongo que los políticos, en su burbuja de lujo y hoteles de cinco estrellas son incapaces de valorar el suave olor del pinar, el aroma del espliego, el vuelo del aguila, el cantar del petirrojo, el ulular del mochuelo, el caminar nocturno del jabalí, el sonido del riachuelo, no saben lo que se pierden, tal vez por eso sean tan obtusos a la hora de preservar lo más preciado que tenemos junto a la vida, porque monte y vida van unidos, como deberían ir unidos inteligencia y bondad; humanidad y esfuerzo.

jueves, 7 de junio de 2012

Despotismo

Toman decisiones que nos afectan, desde la arrogancia del poder, pagados de ellos mismos porque un puñado de votos elegieron sus siglas. La ironía es que toman decisiones que nos afectan sin pensar en nosotros, sin pensar en la familia que hace equilibrios a fin de mes y a la que quieren apretar más con impuestos al consumo, sin pensar en el estudiante que se esfuerza por progresar a pesar de las mil trabas que pone el sistema, y es el sistema quien pretenden castigarlo, sin pensar en el trabajador que hace horas que no cobra bajo la amenaza del despido, sin pensar en el enfermo que ve peligrar su calidad de vida. O peor, pensando en todo esto desde el más absoluto desprecio, viéndonos como meros ratones de laboratorio, observándonos como reaccionamos ante tanta deslealtad. Estómagos contentos viendo el mundo desde su atalaya, lejos de la realidad más mundana. Pensando en ellos primero y después un poquito más en ellos, en como mantener el propio status quo, como engañar con memeces para convencer al proletariado que sus decisiones son absolutamente irremediables, que no hay otra solución, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Pero ¿Quien? ¿el currito que trabaja 10 horas al mes por un salario de 800 euros? ¿El que se compró un coche con todo el esfuerzo del mundo? ¿El que está en el paro? ¿Al que despidieron porque la empresa ganó un poco menos? ¿Los funcionarios a los que les cuesta conseguir su puesto de trabajo años de sacrificio? ¿Los inmigrantes que tuvieron que venir a España para trabajar como el que más ganando como el que menos? ¿Los pobres pensionistas que cometieron el "grave error" de acaparar medicamentos?....No, somos los que estamos pagando los platos rotos, somos los que estamos con el agua al cuello porque los banqueros se enriquecieron a costa de hipotecas imposibles, ganando sueldos astronómicos, porque ha habido cientos de políticos corruptos y los sigue habiendo, porque al primo hermano de yo qué sé quien se le ha permitido desfraudar hacienda una millonada y luego se le perdona, porque se ha hecho una mala gestión en las Comunidades autónomas gastándose el dinero que no había en caprichos absurdos, en intermediarios y asesores, porque se es muy espléndido con el dinero de los demás. Y ahora hay que verlos, con esa cara de canallas que no pueden ocultar. Sonriendo mientras quieren apretarnos el cinturón a la vez que nos bajan los pantalones, mientras recortan en bienestar ajeno para mantener el propio. Mentes de sinverguenzas sin escrupulos capaces de vender a su padre sin con ello se aseguran la poltrona. Despotas de la más baja extirpe moldeando la realidad hacia sus más bajos instintos, sanguinarios chupa sangres, hipotecadores de vidas ajenas, mentirosos, arrogantes...... El tiempo pasar rápido ¿Qué pasara cuando se acabe su mandato? Si es que lo acaban.

martes, 5 de junio de 2012

Ganas de gritar.

Por todas partes luce la desidia y la frustración. Las calles rezuman suciedad alimentada diariamente por la precaria solidaridad de los vecinos, cada día es más evidente la inhumanidad del ser humano. El egoísmo se ha convertido en una virtud en esta sociedad en la que el más caradura es el más beneficiado no hay lugar para las buenas acciones, pues tienen una recompensa que no se puede valorar en dinero. Las miradas que se cruzan reflejan la dureza y la amargura, hasta los niños tienen en los ojos miedo y no dulzura. Palabras como ilusión, solidaridad, esperanza se han convertido en recursos linguísticos sin uso. En pleno siglo XXI proliferan las camas nómadas en un hueco en la pared junto a un hotel, en los parques, en el viejo cauce del rio, en el metro. Gente que antes tenía un trabajo, una casa, una vida. Gente como nosotros que ahora somos capaces de mirar con asco porque nos produce dolor su presencia. Justo ahora es cuando tendríamos que mirarlos con resolución tendiéndoles una mano, sacándoles del pozo, porque seguramente mañana nos tocará a nosotros si no ponemos remedio a la indiferencia. Los responsables de infierno en la tierra ya han actuado, ya han hablado, ya han dejado claro que les importamos los mismo que una colilla flotando en el retrete de un aseo público, ahora nos toca a nosotros gritar con todas las fuerzas que nos da que diariamente tengamos estómagos bien pagados jodiéndonos la vida. Tenemos que cambiar el estar sobreviviendo por el estar viviendo, por gozar de una felicidad que bien nos merecemos, por acabar con tanto privilegio de mangantes, políticos y banqueros. No miremos hacia otro lado. Es hora de gritar.

jueves, 12 de enero de 2012

El contrato de trabajo




El contrato de trabajo comienza cuando una persona (trabajador) pone al servicio de un empleador (empresario) su trabajo. El empresario es el dueño de los medios de producción y es el que carga con los gastos que genera la empresa, está obligado a pagar el salario al trabajador. El Trabajador tiene obligación de poner su fuerza de trabajo (en sentido amplio) al servicio del empleador, para ello pondrá a disposición de la empresa todas sus capacidad técnicas, físicas o intelectuales para el correcto desarrollo del trabajo que se le ha encomendado. Tiene obligación de cumplir un horario establecido en los días que así se disponga en el contrato.




Por tanto, el contrato de trabajo es un contrato sinalágmatico, eso significa que las dos partes tienen derechos y obligaciones.




Esta idea funcionaba bien en los tiempos que había trabajo. De hecho la aprobación del Estatuto de los trabajadores del año 80 es toda una conquista de Derechos laborales que con el transcurso de los años, y sobre todo por culpa del desempleo, se han ido perdiendo. Los distintos gobiernos se dejaron influir por la coacción de los empresarios y en diferentes reformas laborales se iba dotando de privilegios al empresario (subvenciones, contratos basura) y limitando mucho los derechos de los asalariados. Además los tribunales de lo social dieron en sus sentencias (no ajenas a la corriente proempresarial) un imitado poder de dirección al empresario que puede hacer y deshacer en su empresa a su antojo, quedando al trabajador sólo el derecho a la indemnización en caso de despido improcedente, de hecho son muy pocas las sentencias que han declaran los despidos nulos, ni tan solo aquellas que despiden trabajadores de baja, únicamente se declaran nulos aquellos despidos que atentan contra la maternidad, discriminatorios o contra los representantes de los trabajadores.




Llegando a este punto, en nuestro país existe lo que muchos juristas llaman "Despido libre indemnizado". Es decir, te pueden echar cuando quieran pagandote la indemnización, que además en muchos casos es sólo de 20 días por año trabajado, dada la facilidad con que se hacen ERES o se despide por causas tecnológicas u objetivas.




Pues hasta con esto quieren acabar los empresarios. En un terreno bien cultivado para ello: crisis, un paro enorme. Exigen despido barato para acabar con el desempleo. Y ahí es donde empieza la contradicción. La firma de un contrato de trabajo tiene que tener como fin que se cumpla lo estipulado en él, y no establecer como condicion primera la posibilidad de un despido fácil. El empresario necesita la fuerza de trabajo que le aporta el empleado, es necesario que tenga gente en su empresa para poder llevarla adelante. Sin embargo parece que desarrollan la idea que hacen un favor a la sociedad por contratar a gente.




Bajo mi punto de vista sería necesario un cambio de sistema, un cambio de mentalidad. En primer lugar que el trabajador volviera a tener conciencia de clase, solidaridad, tener en cuenta que si todos vamos en la misma dirección todos ganamos. Que los poderes públicos, esos que últimamente nos hacen la vida más dificil, fiscalizasen los contratos de trabajo. Que fueran capaces de evitar que hubiera contratos ilegales (un cincuenta por ciento lo son), que consigueran que se respetaran las horas máximas establecidas por Ley o por convenio (para evitar que un trabajador haga las horas de dos y no se las paguen), que se lograse que los despidos tuvieran causas justas, que se acabara con las subvenciones por contratar esto solo hace que perjudicar a los trabajadores ya contratados (muchos empresarios despiden para poder hacer contratos subvencionados), que hubiera una verdadera fiscalización de las cuentas de las empresas, que se acabara con la economía sumergida obligando a contratar.




Ya está bien de lágrimas empresariales cuando lo que realmente existe es una degradación de la figura del empleado, al que cada vez le quedan menos derechos.




Es imposible acabar con el desempleo abaratando el despido, si un empresario pide eso es porque su idea es poder despedir cuando le de la gana.

sábado, 7 de enero de 2012

NAVIDAD


Hubo un tiempo en el que la Navidad era tiempo de esperanza, de ilusión y de buenas intenciones. Es verdad, que desde hace algún tiempo, estas fechas se han convertido en un afan desmedido por consumir, por gastar, una época en la que la gente se pone de muy mal humor por las prisas, las aglomeraciones y el estrés.
Además, este año, se ha sumado el ataque desmedido de nuestros políticos a los cimientos básicos del estado de bienestar, al desarrollo de toda una serie de medidas que tienden a acentuar las diferencias entre ricos y pobres.
Los políticos, nuestros gobernantes, tienen como misión utópica, el hacernos la vida más fácil. Sin embargo, lejos de eso, se encargan de complicarnos la vida aunque los responsables de nuestra situación sean ellos mismos.
Con una desfachatez digna de la falta de verguenza de la que hacen gala, son capaces de destripar nuestra economía doméstica con la habilidad de un cirujano, de convencernos de que además de que ganamos poco hemos de ganar menos y que por si ello no fuera bastante hemos de pagar más impuestos. Con su el rostro compungido nos dicen que no queda más remedio, que no hay dinero. El caso es que los responsables de la falta de liquidez estatal son ellos mismos, los culpables del desastre económico-social son ellos, los mismos que nos atracan a mano armada cercenando nuestros más básicos derechos laborales, sociales y en ocasiones fundamentales.
No me cabe ninguna duda que existe un interés claro y evidente, desde las entidades financieras, que los pilares básicos del Estado de bienestar (salud y educación) pasen a manos privadas, de esta forma el negocio está hecho, porque una sanidad y una educación pública no son rentables. Así que, para ello no se cortan en empezar a destruir poco a poco los cimientos de nuestro futuro poniendo a los pies de los caballos a hospitales, colegios e institutos. Recortando personal, presupuestos e incluso material.
El colofón, la mayor falta de verguenza, el record en caraduras, ha llegado en la comunidad Valenciana. El PP lleva gobernando casi desde tiempos inmemoriales despilfarrando por doquier, gastando en grandes eventos (fórmula 1, visita del Papa, aeropuertos que no tienen aviones) y las arcas de la autonomía se han quedado sin un euro. Pero en lugar de que esos gestores nefastos, esos manirrotos del dinero ajeno dimitan o vayan a la carcel, hemos de pagar el resto, funcionarios (sobre todo de educación y sanidad...curioso ¿no?) y ciudadanos esa malversación de caudales públicos del que han hecho gala tanto politicastro arrogante y autoritario.
Así que, las Navidades que han estado a caballo entre el año 2011 y el 2012 serán recordadas no por los villancicos o por el turrón, sino por el establecimiento del estado del malestar.