jueves, 25 de noviembre de 2021

Para no olvidar

Te hubiera encantado vernos. Allí estabamos todos, como en una reunión de amigos, alrededor de tu recuerdo. Uniendo la energía suficiente para darte alas y que vueles, que puedas volar donde tú quieras, donde puedas sonreir. Te hubiera encantado verlas, a tu mujer a tu hija, valientes ante todo, con el aliento contenido, el alma rota en un esfuerzo por velarte y despedirte, pero sabiendo que te marchabas con el tiempo agotado por una condena injusta. Te hubieras sentido orgulloso de su entereza, saber estar, amor a toneladas, cariño infinito. Te hubiera encantado verlos, a tus amigos. Enganchados a tu recuerdo, sabiendo que te ibas para no volver dejándoles recuerdos maravillosos de un ser de luz, lleno de bondad, de altruismo, de mágia. Se quedan pintando tu recuerdo en un cuadro imaginario en el que una tarde de domingo, con un tocadiscos antiguo o una radiocassette estéreo os pasábais horas bajo la sombra de un bosque o en la arena de una playa, o simplemente tomando algo en casa de uno o casa de otros. Un viaje, una cerveza en un mar, una discoteca antigua, el cine de barrio. Vuestra maravillosa juventud que tú nunca perdiste. Te hubiera gustado vernos, a tu familia. Con la rabia de alguna estridente ausencia ahí estábamos todos. Con una idea común: Te ibamos a echar mucho de menos. Y a poco que echáramos la vista atrás nos encontrábamos con tu insustituible presencia haciéndonos felices. Acompañando nuestros días con tu maravillosa sonrisa, tu carraspeo entrañable, tu forma de pronunciar las "S". Tu cariño sin límites, tu ofrecimiento constante, tu estar ahí porque sí. Cenas, comidas y risas. Cines, ferias y fiestas. Olocau, Navidad y las Fallas. Siempre habrá una silla en la que nos faltes. Me hubiera gustado verte, para decirte que no tengo palabras para describir la maravillosa niñez que me construiste, que no puedo encontrar en mi vida un momento feliz en el que no estés ahí. Que también estabas en muchos momentos tristes en los que me reconfortaba verte. Que corrias a buscarme si me veías mal, que sé que hubieras dado cualquier cosa por mí. Que nunca te he dicho lo importante que has sido en mi vida, lo que has significado para mí. Que me quedo con muchas cosas tuyas. Que te voy recordar poniendo cada día una canción que te gustaba para que, tal vez, la oigas y sepas que estoy pensando en tí. Que te quiero tío. Pero, tal vez, nos vistes. Tal vez estabas escondidito tras una esquina mientras sonaba Supertramp y te despediamos. Tu presencia era tan intensa que creo que tarareabas susurrante mientras Ana decía las palabras más difíciles de su vida. Mientras la emoción nos rompía al decirte "Adiós nano". Y, en ese instante, sentiste el amor de toda la gente que te quería, que te quiere. Esa gente que con una sola voz sabe que se marchó un hombre bueno. De alguna forma, por como has sido, te has convertido en inmortal en nuestros recuerdos. Qué enorme privilegio haber sido tu sobrino.

lunes, 15 de noviembre de 2021

El mundo ya es un poco peor

No ha habido tregua en esta lucha en la que no podías ganar. El enemigo es muy fuerte, tanto que ni tu fortaleza ni tu bondad han podido frenar sus dientes crueles y desgarradores. Se te lleva dejándo a este mundo huerfano de una buena persona. Entiendo perfectamente tu desazón, desesperanza, desolador estado de ánimo mientras te comía por dentro, mientras nos mirabas dándote ánimos. Ánimos vácuos que ni tan solo nosotros nos creíamos. Y ahora, ahora te vas sin que te haya podido decir lo importantísimo que has sido para mí. Todo lo que he aprendido contigo, todo lo que he disfrutado a tu lado, todo lo que me he divertido. Eres mi amigo, mi hermano, mi tío. Mi compañero en los primeros pasos escuchando un disco, en el cine de barrio con tus amigos a horas intempestivas, regalándome un viaje inolvidable a la nieve, enseñándome Los Pirineos por primera vez. Apoyándome en mi primer trabajo a tu lado; esa madrugadas interminables que ahora parecen tan lejanas. Me pregunto que pensará Supertramp al ver que uno de sus mejores fans se marcha, su música nunca volverá a ser la misma. Ya no podrás contarme lo que disfrutabas con el silbido de "La muerte tenía un precio" en un cine vacío, ya no podrás ayudarme a colocar un enchufe en mi casa. No dejo de verte con tu silicona colocándo con cuidado el lavabo, con esa forma metódica de hacer las cosas para hacerlas bien. Te estoy viendo colocando un cable para que vea la tele en mi comedor y no puedo dejar de llorar. Te echo de menos y solo hace un rato que te estás yendo. A quien voy a llamar ahora para que me ayude en esas cosas que mi torpeza me impide hacer, a quien voy a buscar para que nos una a todos en una comida, donde vas a estar ahora tío. Donde voy a llamarte ahora tío. Nunca se es justo del todo con la gente, pero a tí no te he dado ni la décima parte de las cosas que tú me has dado a mí. Me has regalado la infancia más bonita que puedo recordar. Me has buscado en Fallas para que no me dieran miedo los petardos, has jugado conmigo en la calle, me has acompañado en mis cosas de niño pequeño. Y luego, de más mayor, deseaba que llegará el día 18 de marzo para caminar entre ninots y tracas, entre gente, buñuelos y olor a primavera. Aquellas tardes en el Puig comiendo en la playa, Port Aventura, Terra Mítica, Asturias, Cuenca, Bronchales, el Charco Negro, Domeño, Viella, Ademuz.....tengo mi vida llena de días memorables encuadrados en tu iniguable compañía. Y tú, con tu infinita paciencia, aguantándo mis impertinencias de adolescente estúpido y de treintañero imbécil. Es complicado encontrar a alguien con tanta bondad que dar. Te marchas Santi, y no es solo que no te vaya a poder olvidar, es que dejas un hueco imposible de rellenar. No voy a poder decir nunca "mi tío Santi", ni yo ni mi hija. No voy a poder subir a tu casa y que me recibas con la casa llena de música, siempre con una enorme sonrisa. Es imposible encontrar un anfitrión más amable que tú. Tu casa siempre ha sido la mía porque me habéis hecho partícipe de ella. Estoy roto, con un desgarrón interior que no sé como voy a poder curar. Es una enorme putada que te haya matado esa bestia inmunda que muerde indiscriminadamente. Entiendo que me mordiera a mí, no soy ni la mitad de buena persona que eres tú. Pero a tí....¿Por qué? El mundo no será jamás igual, no va a ver una cámara que busque nuevos ángulos para retratarlo, ni habrá una bici que recorra los caminos disfrutando del sol y del aire puro. Te han empujado al abismo de la forma más cruel posible, dejándonos sin un icono insustituible. No sé que voy a hacer sin tí, al saber que no estarás más. Compañero del alma....tan temprano. Te quiero mucho tío.