lunes, 6 de febrero de 2023

Rayito

Saliste el primero de la caja, con tu andar gracioso, como a saltitos con las patas traseras, con tu carita de osito en miniatura. Todos creíamos que de la camada nadie le querría y sin embargo tuve la suerte de elegirlo antes. Sé que la casa andaba coja sin tu compañera, esa a la que perseguías y le hacías un poco la puñeta, esa que no te dejaba pasar cuando te cortábamos el pelo. Supongo que no nos dábamos cuenta que la tristeza te estaba haciendo daño o, tal vez, las ganas de verla te hacían desear seguir su camino. Hoy te has ido, de golpe, dándonos en la cara con la realidad de un lunes oscuro. Hoy te vas a nuestro pesar, a seguir el camino que marcó nuestra reina felina y que tú, rey de la casa, has querido tomar. La casa está vacía de repente, se han acabado las carreras, los maullidos, los pasitos encima de mi tripa en el sofá, el golpeteo de tu cabeza en mi pierna;se han terminado las peleas para cortarte el pelo, darte malta porque tosías, saber que venía Vero porque te ibas a la puerta; ya no hay que abrir con cuidado, porque ya no estás, ya no tendremos que meterte en casa mientras te rozas por la pared del rellano mientras salías a explorar otras casas. Ya no llenarás el espacio con tu elegancia. No habrá ruido en el arenero, no habrá ruido en el comedero, ni salpicaduras de agua, ni pienso por el suelo....ya no estás....me rompo de pena Rayito. Que crueldad enorme creó la sinrazon de la muerte cuando nos habéis regalado la vida, porque no sois inmortales más allá de nuestra propia imaginación, porque no os engancháis a la realidad con vuestras siete vidas, porque se me quiebra el aliento a volver a decir vuestros nombres ¿Por qué os tenéis que ir si sin vosotros todo es peor? No sé el tiempo que tardaré en volver a reencontrarme en esta casa sin que me déis el regalo de vuestra compañía. Seguro que más de una vez os veré corretear por el rabillo del ojo. Gracias Rayito por ser paciente conmigo, gracias por darme el cariño que me has dado cada día, tus lametones en la mano, tu restregones en mi pierna. Nada va a ser igual sin tí. El silencio que deja tu ausencia va a ser tan estridente como doloroso. Solo espero que tengamos fuerzas para recordar que en algún lugar seguirás siguiendo cinturones de batín, ratoncitos de juguete y podrás dormir con un pez de mentira igual que el que aquí dejas huérfano ....igual que nos dejas huerfano de tí...amigo. Tal vez maulles tan fuerte en las estrellas que tengamos la suerte de oirte y, seguro que una estela negra ensombrece la luna cuando salgas del arenero que está tras el arcoiris. Da recuerdos a Corita. Te quiero mucho Rayito.

domingo, 25 de diciembre de 2022

Corita

Hace algo más de 14 años que llegaste, estabas en una jaula en un veterinario de Puerto de Sagunto. Nuestros comienzos no fueron muy buenos, tenías miedo y me diste un buen arañazo. A partir de ahí caricias, mimos, ronroneos y cariño. Hoy, a tu pesar, la maldita enfermedad ha acabado con tu resistencia y, te has tenido que ir, dejándonos rotos, cojos, con un color menos en la casa, con un sonido menos que nos acompaña. El silencio es pesado y duro. No estás, no vendrás. Hace un año te ingresaron, estuviste muy malita, y soñaba con que volvieras a casa, poder abrazarte, sentir tu ronroneo. Hoy, el solo hecho de pensar que eso no va a ocurrir, que ya no vendrás me quema como un tizón. Cuesta asimilar que ya no estás. Quien va a buscar ahora las caricias mientras hablo por teléfono, quien se va a acurrucar ahora junto a mí en el sofá, a quien buscaré por la mañanas en el comedor cuando me levante y Rayito no haga más que maullar. Donde va a estar ahora el aliento de la mañana que ayuda a mi día a día y que me hacía tan feliz. El beso a Claudia, el beso a Vero y la caricia a Corita. Me he quedado cojo de esta maravillosa rutina. Un ratón de juguete era cazado de forma insistente en el pasillo y me traias el trofeo, saltabas a quitarme la silla en cuanto me descuidaba, te subías encima de mi para hacerme compañía, me buscabas, me hacía reir, me hacía disfrutar. Cuantas horas contigo llenándo la casa de luz cuando estaba vacía, Cuanto cariño en cada maullido. Que maravillosa inteligencia cuando ibas a hablar con Claudia, porque hablabas con ese maullido que contestaba a lo que preguntabas. Cuidaste de Claudia cuando era chiquitita aguantando con paciencia algún tironcillo de rabo, siempre pequeño, cuidando su sueño al lado de la cuna. Me diste ánimo mientras mi cuerpo asimilaba la quimioterápia en los días grises de mi enfermedad. Y ahora, ahora va a faltar un estela gris corriendo por la casa, la sorpresa de un ronroneo que avanza por un rinconcito de este hogar, desde hoy, más descolorido y más tristón. Cuando piensas en que algún día no estarán estos maravillosos seres que te acompañan en tu día a día, entra vertigo, y cuando ocurre, algo se quiebra. Corita, te hemos querido muchísimo, seguramente no lo suficiente, seguramente no tanto como tú a nosotros. Seguramente estarás en algún rinconcito del firmamento correteando de nuevo, con suerte conoces a otros amigos que ya se fueron, lo mismo te adoptan en el más allá y te hacen sentir bien, feliz. Aquí, nosotros, nos quedamos soñando que aún te podemos ver, aunque ya no sea así, jugueteando con tus recuerdos, ahora dolientes, más tarde seguro que reconfortantes. Orgullosos de haberte tenido, de haberte querido, de haberte cuidado. Sabía que iba a dolernos cuando te fueras, pero jamás lo sabes hasta que no te enfrentas al vacío que dejas. No me puedo quitar de la cabeza tus ojos, el tacto de tu pelo, tus patitas, tu maullido, tu ronroneo. Es que has sido absolutamente increíble, especial, única. Y va a ser duro enfrentarse a una casa sin tí. Gracias por cada minuto que te hemos disfrutado y ojalá nos puedas ver y saber que te echamos de menos. Adiós Corita.

miércoles, 13 de julio de 2022

Rompe el tiempo

No han dejado de resonar los ecos de los acordes de un música de despedida y ya, donde antes habían palabras de felicidad, ahora solo hay silencios. No dejo de pensar en aquel maravilloso día en el que nos reunimos todos, lo feliz que eras, lo felices que fuimos. Si no era 7 de julio, cerca andaba. Pero ahora todo esfuerzo queda en el aire, en un fatuo atisbo de querer donde no hay. Te arrebataron del tiempo y solo quedan recuerdos. Es difícil acostumbrarse a no llamarte, no decirte, no escribirte, no pensarte. Porque pensarte ahora como presente, es desear no pensar. Tengo demasiados huecos en mi alma generados por el vacio de la gente que se me he ido, pero tú, tú me dueles más de lo que ni siquiera quiero pensar. No soy capaz de despedirme. Ni un mensaje, ni una llamada, ni un pensar en un regalo, ya nada se puede hacer porque eres tan solo inmortal en la gente que te quiere, pero eso, por desgracia, no basta para traerte de vuelta. Y, cuando llegan estos días, es cuando uno se da cuenta que esto es real, que por mucho que niege en mi conciencia interna, te fuiste hacia donde no se puede volver. No hay sortilegio que pueda llevar mi voz hacia tí, pero ojalá sí que exista el milagro de la coexistencia de dos mundos en planos distintos y desde allí, puedas leer que te echo de menos. Que no ha habido día en estos desgraciados meses en que no haya pensado en lo mucho que me diste y lo poco que te lo agradecí, que me duele no haber estado más contigo en el último año, que voy a llevar siempre en mi pesar el tiempo que no hemos compartido. Que eres tan importante que quema tu ausencia como la de un hermano, porque para mí has sido mi hermano, mi amigo y mi tío. Porque sín tí no sabria apreciar una miriada de cosas que me enseñaste. No creo que haya ninguna forma de romper el tiempo para desarte feliz cumpleaños. Pero yo lo intento.

jueves, 25 de noviembre de 2021

Para no olvidar

Te hubiera encantado vernos. Allí estabamos todos, como en una reunión de amigos, alrededor de tu recuerdo. Uniendo la energía suficiente para darte alas y que vueles, que puedas volar donde tú quieras, donde puedas sonreir. Te hubiera encantado verlas, a tu mujer a tu hija, valientes ante todo, con el aliento contenido, el alma rota en un esfuerzo por velarte y despedirte, pero sabiendo que te marchabas con el tiempo agotado por una condena injusta. Te hubieras sentido orgulloso de su entereza, saber estar, amor a toneladas, cariño infinito. Te hubiera encantado verlos, a tus amigos. Enganchados a tu recuerdo, sabiendo que te ibas para no volver dejándoles recuerdos maravillosos de un ser de luz, lleno de bondad, de altruismo, de mágia. Se quedan pintando tu recuerdo en un cuadro imaginario en el que una tarde de domingo, con un tocadiscos antiguo o una radiocassette estéreo os pasábais horas bajo la sombra de un bosque o en la arena de una playa, o simplemente tomando algo en casa de uno o casa de otros. Un viaje, una cerveza en un mar, una discoteca antigua, el cine de barrio. Vuestra maravillosa juventud que tú nunca perdiste. Te hubiera gustado vernos, a tu familia. Con la rabia de alguna estridente ausencia ahí estábamos todos. Con una idea común: Te ibamos a echar mucho de menos. Y a poco que echáramos la vista atrás nos encontrábamos con tu insustituible presencia haciéndonos felices. Acompañando nuestros días con tu maravillosa sonrisa, tu carraspeo entrañable, tu forma de pronunciar las "S". Tu cariño sin límites, tu ofrecimiento constante, tu estar ahí porque sí. Cenas, comidas y risas. Cines, ferias y fiestas. Olocau, Navidad y las Fallas. Siempre habrá una silla en la que nos faltes. Me hubiera gustado verte, para decirte que no tengo palabras para describir la maravillosa niñez que me construiste, que no puedo encontrar en mi vida un momento feliz en el que no estés ahí. Que también estabas en muchos momentos tristes en los que me reconfortaba verte. Que corrias a buscarme si me veías mal, que sé que hubieras dado cualquier cosa por mí. Que nunca te he dicho lo importante que has sido en mi vida, lo que has significado para mí. Que me quedo con muchas cosas tuyas. Que te voy recordar poniendo cada día una canción que te gustaba para que, tal vez, la oigas y sepas que estoy pensando en tí. Que te quiero tío. Pero, tal vez, nos vistes. Tal vez estabas escondidito tras una esquina mientras sonaba Supertramp y te despediamos. Tu presencia era tan intensa que creo que tarareabas susurrante mientras Ana decía las palabras más difíciles de su vida. Mientras la emoción nos rompía al decirte "Adiós nano". Y, en ese instante, sentiste el amor de toda la gente que te quería, que te quiere. Esa gente que con una sola voz sabe que se marchó un hombre bueno. De alguna forma, por como has sido, te has convertido en inmortal en nuestros recuerdos. Qué enorme privilegio haber sido tu sobrino.

lunes, 15 de noviembre de 2021

El mundo ya es un poco peor

No ha habido tregua en esta lucha en la que no podías ganar. El enemigo es muy fuerte, tanto que ni tu fortaleza ni tu bondad han podido frenar sus dientes crueles y desgarradores. Se te lleva dejándo a este mundo huerfano de una buena persona. Entiendo perfectamente tu desazón, desesperanza, desolador estado de ánimo mientras te comía por dentro, mientras nos mirabas dándote ánimos. Ánimos vácuos que ni tan solo nosotros nos creíamos. Y ahora, ahora te vas sin que te haya podido decir lo importantísimo que has sido para mí. Todo lo que he aprendido contigo, todo lo que he disfrutado a tu lado, todo lo que me he divertido. Eres mi amigo, mi hermano, mi tío. Mi compañero en los primeros pasos escuchando un disco, en el cine de barrio con tus amigos a horas intempestivas, regalándome un viaje inolvidable a la nieve, enseñándome Los Pirineos por primera vez. Apoyándome en mi primer trabajo a tu lado; esa madrugadas interminables que ahora parecen tan lejanas. Me pregunto que pensará Supertramp al ver que uno de sus mejores fans se marcha, su música nunca volverá a ser la misma. Ya no podrás contarme lo que disfrutabas con el silbido de "La muerte tenía un precio" en un cine vacío, ya no podrás ayudarme a colocar un enchufe en mi casa. No dejo de verte con tu silicona colocándo con cuidado el lavabo, con esa forma metódica de hacer las cosas para hacerlas bien. Te estoy viendo colocando un cable para que vea la tele en mi comedor y no puedo dejar de llorar. Te echo de menos y solo hace un rato que te estás yendo. A quien voy a llamar ahora para que me ayude en esas cosas que mi torpeza me impide hacer, a quien voy a buscar para que nos una a todos en una comida, donde vas a estar ahora tío. Donde voy a llamarte ahora tío. Nunca se es justo del todo con la gente, pero a tí no te he dado ni la décima parte de las cosas que tú me has dado a mí. Me has regalado la infancia más bonita que puedo recordar. Me has buscado en Fallas para que no me dieran miedo los petardos, has jugado conmigo en la calle, me has acompañado en mis cosas de niño pequeño. Y luego, de más mayor, deseaba que llegará el día 18 de marzo para caminar entre ninots y tracas, entre gente, buñuelos y olor a primavera. Aquellas tardes en el Puig comiendo en la playa, Port Aventura, Terra Mítica, Asturias, Cuenca, Bronchales, el Charco Negro, Domeño, Viella, Ademuz.....tengo mi vida llena de días memorables encuadrados en tu iniguable compañía. Y tú, con tu infinita paciencia, aguantándo mis impertinencias de adolescente estúpido y de treintañero imbécil. Es complicado encontrar a alguien con tanta bondad que dar. Te marchas Santi, y no es solo que no te vaya a poder olvidar, es que dejas un hueco imposible de rellenar. No voy a poder decir nunca "mi tío Santi", ni yo ni mi hija. No voy a poder subir a tu casa y que me recibas con la casa llena de música, siempre con una enorme sonrisa. Es imposible encontrar un anfitrión más amable que tú. Tu casa siempre ha sido la mía porque me habéis hecho partícipe de ella. Estoy roto, con un desgarrón interior que no sé como voy a poder curar. Es una enorme putada que te haya matado esa bestia inmunda que muerde indiscriminadamente. Entiendo que me mordiera a mí, no soy ni la mitad de buena persona que eres tú. Pero a tí....¿Por qué? El mundo no será jamás igual, no va a ver una cámara que busque nuevos ángulos para retratarlo, ni habrá una bici que recorra los caminos disfrutando del sol y del aire puro. Te han empujado al abismo de la forma más cruel posible, dejándonos sin un icono insustituible. No sé que voy a hacer sin tí, al saber que no estarás más. Compañero del alma....tan temprano. Te quiero mucho tío.

martes, 21 de septiembre de 2021

A dentelladas

Reaparece en las tinieblas mordiendo los cimientos de mis recuerdos. Cada mordedura lacera tantos recuerdos y saca esquirlas de vivencias desde que tengo conciencia. Ya devoró a la persona que me dio la existencia y ahora lo hace con la persona que me ha llenado de fantásticos recuerdos mi vida. Un tocadiscos llenando de música el comedor, partidas a un juego de televisión añejo, cine y más cine, montañas y lagos, fallas y nieve; un duelo en el pasillo de mi casa con pistolas de juguete, noches contando peliculas. Paciencia infinita, cariño enorme. En mi vida no hay momento en que no lo recuerde haciéndome feliz, por encima de todo. No hay recuerdo del pasado que no este edulcorado con su desvelo, con su enorme bondad. No sé porque tienes que venir, monstruo infausto a hacer daño a las personas que más quiero, no sé porque tienes que causar tanto mal a alguien que tiene un corazón enorme, que solo ha intentado hacer feliz a la gente que tiene alrededor, que se ha dado en cuerpo y alma. A alguien que me enseñado tanto y tanto, a quien le debo gran parte de mi forma de ver el mundo. A quien tanto me ha soportado. Quien tanto me ha dado. Un millón de domingos de risas, tropecientos mil momentos llenos de luz, contigo, con vosotros. Momentos que recuerdo con dulce nostalgia, burbujas de tiempo que guardamos en nuestra cajita de lo importante. No tuviste bastante con morderme a mí y poner triste hasta la médula a una niña de 7 años y teñir los ojos de gris de la preocupación a mi compañera de viaje. No has tenido bastante con llevarte a bocados tantas vidas de gente que han pasado por este mundo sin hacer daño a nadie. A nadie. Es tan larga la lista que duele cada letra. Pero monstruo del demonio no te voy a permitir que mates la esperanza, no te voy a consentir que impidas que sueñe con que un ejercito de moléculas te reviente y te encoja hasta que puedan arrancarte y destruirte. No voy a dejar de anhelar que el milagro te convierta en una terrible pesadilla que ya pasó. Mientras tanto, ya has conseguido que sufra, ya has conseguido que sus seres más queridos vean las tinieblas acercándose, ya has conseguido que el miedo nos coma las entrañas. Eres malo, eres cruel y el día que consigan la cura reiré, reiré hasta que no pueda mas. Monstruo infausto y cobarde. Siempre a dentelladas con la gente que quiero. Siempre quemando la vida de las buenas personas. Ojalá mi próxima entrada sea para decir que has vencido tío.

lunes, 19 de julio de 2021

Adiós sombras

El aire huele a sal, a mar, a verano. Las nubes que pueblan mis pensamientos se tienen que disipar con ese brillante sol de vuestra mirada, con ese elegante movimiento de brazos que alegra el aire que meceís. ¿Por qué os he de hacer daño con mis tontas idas y venidas de ánimo? Con todo lo que me queréis. No hay forma de asentar los pies con tanto terremoto ajeno que intenta desmoronar lo que construimos y sin embargo ese movimiento sísmico no deja de ser más que un espejismo, porque en cuanto se disipa el humo, estáis ahí. Fuertes, seguras, llenas de amor. Soportando estóicamente los chaparrones del día a día con la certeza que un solo brazo vale un universo, y ese beso el universo cuántico. Solo hay que cantar para que las notas que vibran en el aire rompan en mil pedazos todos los malos pensamientos, hay tanto bello escondido tras la rutina, hay tan poco rutina cuando construyes aventuras tras las cortinas de los minutos. Eso minutos que vuelan en su pupación de tiempo para eclosionar en maravillosas mariposas de horas dulces. Cada hora que paso con vosotras es una obra de arte y cada hora que nos roban las obligaciones las recuperamos disfrutando del suspiro que el aire dibuja en vuestros rostros. Es ahí cuando todo deja de girar para enmacarse en un cuadro tan bello como vuestros ojos. Las sombras han estado avanzando como un telar negro que impide ver el bien, pero el bien no deja de existir porque se tizne de oscuro. Al revés, al contraste la luz explota con un big ban de maravillosa felicidad. Esa felicidad que esta ahí en cada recodo en el que aparecéis, en cada baldosa del suelo que pisais. La música de vuestra risa es la sinfonía completa que todavía ningún músico creo, incapacidad humana de representar los matices del cariño rimando con la alegría. Esa alegría que nunca perdéis, aunque vengan maldadas. Una vez más me sacáis de las sombras. Cuando me caía hacia la inmensida del miedo porque todo podía perderse, al menos para mí, dos maravillosa hadas me cogieron de las manos me sacaron en volandas y me pusieron en el camino de baldosas amarillas hacía la vida, dando un puntapíe al monstruo. Y cuando mi estúpido ánimo se deja influir por las sombras puedo oir vuestra voz guíandome en el mar embravecido de mi tormentosa falta de equilibrio. Siempre estáis ahí, lanzándome la mano para agarrarme al vuelo. Tú con tu enorme amor, con tu devoción maravillosa, con tu voz inigulable que siempre suena en mis oidos como consuelo constante, tus abrazos que curan todo: los miedos, las angustias, los dolores, las tristezas. Tu presencia que llena los días. Eres imprescindible, maravillosa, mi amor más intenso. Eres la dulzura, la inteligencia, la mágia, el sol, el salitre y el agua. Eres a quien deseo ver cuando me levanto y el beso imprescindible cuando me acuesto, la luz de todos los días, mi apoyo, mi amiga, mi hija. Y tú, con un cariño a prueba de días aciagos, de duros golpes, de tormentas perfectas. Con besos de fuego, caricias suaves como el pestañeo de un gato, palabras sabias tras mis caidas, la mano firme que tira del carro cuando desaparezco en las sombras, la palabra amable que siempre da en el clavo, mi faro, mi guía, mi compañera, mi amiga, el amor de mi vida. Mi remolino de estrellas. El aire huele a sal, a mar, a verano, pero también a monte, a espliego, a pino, a lluvia recién caida, a tierra mojada. A pequeñas cumbres e inmensas montañas. A una miriada de recuerdos que encierra nuestros veranos, cada año más inolvidables, cada año más hermosos. El aire está perfumado del movimiento de vuestro caminar a mi lado. La vida se mece acunando cada recuerdo enmarcado de plata, cada minuto que os tengo. Os quiero.